EL AMOR, LA ÚNICA RESPUESTA


1Juan2:1-6
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. (1Jn 2:6)
Tuve uno de esos días en los que parece que todos se pusieron de acuerdo para tratarme MAL.
El maltrato, especialmente si proviene de personas que amo, siempre me produce dolor.
Trataba de seguir, como si nada sucediera, pero un dolor en el pecho no me dejaba respirar. Me sentía triste y la angustia era una espada clavada en medio del corazón.
De pronto vino a mi mente el señor Jesús, en el momento del calvario. Y me avergoncé porque se que mi humillación era nada delante de semejante mortificación.
Trate de imaginar el dolor del abandono de las personas que lo amaban, el que nadie se jugara por Él de ninguna manera. Eso unido al dolor físico, era imposible de comprender para mí.
Mientras mi corazón ya pensaba en una venganza por mi orgullo herido.
Él había tenido solo una respuesta: “AMOR”.
Ahí vibraron en mi corazón las palabras de Juan:
El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” Ó “Debe vivir como Él vivió”
Por lo tanto Amor debe ser también mi respuesta.
La verdad sobre esto es que casi todos nosotros llevamos un estricto control del amor que damos. Ni una gota más que lo que recibimos. Tanto nos dan, tanto damos.
El amor en nuestras manos parece un perfume muuuuuuuuy costoso, usamos solo unas pocas gotas, Y DEPENDIENDO DE DONDE, CUANDO Y CON QUIÉN!!!
¿Derrochar amor? ¡¡¡Malas palabras!!!
-¡Sino me saluda! ¿Para qué lo voy a saludar?
-¡Siempre está malhumorado! Mejor ni lo hablo. ¡Quién se cree que es?
-¡Siempre maltratándome! Mejor lo ignoro.
-¡ES INSOPORTABLE! ¡PORQUE NO DEJARÁ DE CONCURRIR A MI CONGREGACIÓN!
¿Le es familiar alguno de estos pensamientos?
¡Pida perdón y vuelva a empezar!
Jesús nuestro Abogado, defiende nuestra causa.
Piense ¿que sería de nosotros si nuestro amado Señor Jesús, hubiera hecho a los demás lo que le hicieron? No habría redención, no habría cruz.
Jesucristo nos da la certeza de la absolución.
El pago el precio, totalmente.
Su sangre nos redime.
Somos restaurados y regenerados en Él.
Podemos presentarnos delante del padre como si nunca hubiéramos pecado.
¿Haremos menos de lo que hizo él?
Debemos dar el primer paso de amor.
Abogar por los demás, orar por ellos.
Tratarlos como Él nos trata a nosotros.
¡Amaos los unos a los otros como yo os he amado!

Señor “ayúdanos a intervenir en las necesidades de los demás hoy sin importarnos lo que hagan o digan.”* Y perdónanos por tener tan protegido nuestro amor. “En el nombre de Cristo, que nos ayuda a vivir como Él vivió. Amén.”*
*CUANDO DIOS PENSÓ EN USTED - LLOYD JOHN OGILVIE

Comentarios