LA "PROCESADORA" DE DIOS.


No está en mis manos el poder para hacerlo —respondió José—, pero Dios puede decirle lo que su sueño significa y darle tranquilidad.
GÉNESIS 41:16

La historia de José es un ejemplo de como Dios tiene el control de todas las cosas. Y como muchos de nosotros debemos pasar por la gran procesadora de Dios para cumplir con los propósitos eternos de Dios.
No todos somos como Samuel. Con una vida consagrada desde antes de nacer. Si bien pudo rebelarse, no lo hizo. Acepto fielmente la voluntad de Dios y su corazón estuvo dispuesto cuando el Señor lo llamo (1 Samuel 3:10). Y TENGAMOS EN CUENTA que los malos ejemplos abundaban. 
Este no es mi caso ni el de José, ni el de otros tantos.
Dios necesitaba un hombre entregado a él, un verdadero siervo, y José era un tremebundo orgulloso.
Era un engreído que se dedicaba a marcar los errores de sus hermanos y se pavoneaba, sabiendo del amor especial de su padre.
Es tremendo ver como Dios tuvo que tratar con su vida, tal y como hace con las nuestras, e insistir hasta lograr doblegar su orgullo, su vanagloria, y obtener un SIERVO fiel.  
Analilzar cada uno de los pasos que se sucedieron luego que sus hermanos lo introducen en el pozo sería muy largo, pero es notorio ver cuando el comienza su actividad con Potifar y al parecer ya había aprendido, otra vez da muestras que de que no. Y a la carcel a seguir aprendiendo.
Ahí tiene una nueva oportunidad con el copero y el panadero, otra vez LA BURRA AL TRIGO, y da muestras de su orgullo (Génesis 40:14)
Tienen que pasar 2 años más todavía para que por fin José revelara ser lo que Dios necesitaba:  
"--Eso no depende de mí --contestó José--; pero Dios le dará a Su Majestad una contestación para su bien." (Génesis 41:16)
Me imagino a Dios mirando desde el cielo y diciendo:
"¡¡¡VAMOS HIJO TU PUEDES!!!"   SALTANDO DE ALEGRÍA AL VER QUE POR FIN PASO LA PRUEBA.
Oremos por nosotros para que DIOS salte de alegría muy pronto porque pasamos la prueba y podemos cumplir con ese propósito para el cual estamos aún aquí.
Amén y Amén.

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