LA MÚSICA, WHITNEY Y ELVIS



Al enterarme de la muerte de Whitney Houston. Mi pregunta interior fue
¿Por qué ALGUIEN QUE AMA A DIOS Y CONOCE SU PALABRA, CAE HASTA ESE PUNTO?
¿Porqué  los que participamos de la alabanza y la adoración en la iglesia debemos cuidarnos tanto, de no caer?
Recordé una de la primeras predicaciones que escuché en la iglesia EN LA QUE ME CONVERTÍ, basada en Isaías 14:11 al 15
“Descendió al Seol tu soberbia,  y el sonido de tus arpas;  gusanos serán tu cama,  y gusanos te cubrirán.
¡Cómo caíste del cielo,  oh Lucero,  hijo de la mañana!  Cortado fuiste por tierra,  tú que debilitabas a las naciones.
Tú que decías en tu corazón:  Subiré al cielo;  en lo alto,  junto a las estrellas de Dios,  levantaré mi trono,  y en el monte del testimonio me sentaré,  a los lados del norte;
sobre las alturas de las nubes subiré,  y seré semejante al Altísimo.
Mas tú derribado eres hasta el Seol,  a los lados del abismo.”
De acuerdo a la enseñanza en esta predicación, Satanás no era un ángel cualquiera sino quién dirigía la alabanza en el cielo, quién cae por su soberbia, por querer ocupar el lugar de Dios.
Pasaron los años, muchos, pues el 4 de enero cumplí “22”años en el camino del Señor. Sin embargo no olvidé aquella enseñanza.
El pastor de la Iglesia dónde comenzó a cantar,  Whitney Houston, dijo a los periodistas:
"Le agradecemos a Dios por su voz única. Lo que más voy a recordar es a ella cantando alabanzas a Jesús Cristo”
Recapacitaba y pensé en Elvis Aarón Presley, quién “empezó a cantar en una iglesia de Tupelo del Este (Missi-ssippi), donde su padre era diácono y su madre era maestra de la escuela dominical. Creció oyendo música ‘gospel’ (ya que cantaba en un coro parroquial),…”
“«En ocasiones, estando en el escenario y viendo a las multitudes gritando, a la vez que extienden sus manos hacia mí, como si tuvieran hambre de algo que yo pueda darles, me he preguntado qué ocurriría si empezara a predicarles el evangelio. Pero jamás he sido capaz de hacerlo», relató él a un amigo creyente.”
Por todos mis años compartidos con músicos seculares y músicos cristianos creo que todos absolutamente todos luchan con la esencia misma de la caída de satanás, EL ORGULLO,  LA SOBERBIA.
Por eso ruego a Dios por mí y mis hermanos compañeros de Ministerio, para que no olvidemos que por más que tengamos un talento para la música, es nuestra profunda relación con el señor lo que nos hará “adoradores que lo adoren en espíritu y en verdad”
Tanto Whitney como Elvis, se envanecieron en su talento y se olvidaron de Dios.
Cuidado hermanos míos queridos, no olvidemos que por muy grande que sea nuestro talento, es basura, sino es para la GLORIA DE DIOS.
Como suelo decirle a todo el que me quiera escuchar:
NO AMEMOS MÁS EL MICRÓFONO QUE A DIOS!!!
Le podríamos agregar
NO AMEMOS MÁS EL INSTRUMENTO QUE A DIOS!!!
NO AMEMOS MÁS EL ESCENARIO QUE A DIOS!!!
NO AMEMOS NUESTROS TALENTOS MÁS QUE A DIOS!!!

QUE SIEMPRE TODO LO QUE HAGAMOS SEA PARA LA GLORIA DE DIOS!!!
AMÉN Y AMÉN!!!


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